Los estudiantes de Arquitectura estamos estupefactos. No, logramos comprender cómo, en contra del parecer de colegios de arquitectos, rectores, directores de escuelas y profesores, el Gobierno pretende aprobar unas directrices generales que reducirán la duración de nuestra carrera de forma destructiva. No logramos entender cómo se hacen oídos sordos al Consejo de las Comunidades Europeas advirtiendo sobre el no reconocimiento del título de arquitecto obtenido en España si no se llega a unos mínimos de docencia. Por otro lado, no nos cabe sino pensar que Ja motivación que lleva a tal atrocidad no es sino económica, y que se ignora lo que supo ne acortar la duración de una carrera con las peculiaridades de la de arquitectura, que además goza, como demuestran concursos europeos recientes, de un reconocido prestigio internacional.- y 587 firmas más. Delegación de alumnos del CEU Arquitectura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de noviembre de 1993