Don Juan Carlos recibió ayer a la plantilla del Atlético de Madrid. Jesús Gil, el presidente rojiblanco, le impuso la insignia de oro y brillantes del club, pero tuvo mala suerte: la condecoración rodó por los suelos ante la mirada atónita de los presentes. Al final, entre sonrisas, el acto se pudo llevara cabo. Paulo Futre fue un invitado especial.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de enero de 1994