España, 1952 (91 minutos). Director: Luis Lucía. Intérpretes: Adolfo Marsillach, Pepe Isbert. Drama. Una de curitas con tanta fe como buen corazón. Adolfo Marsillach encabeza el reparto de tan baboso argumento, muy de la época franquista, todo sea dicho de paso. Ambientada en un suburbio madrileno cuyos vecinos necesitan creer en algo, acaba por resultar un canto a la espiritualidad de las clases más desprotegidas. La moralina que supura puede afecta a la sensibilidad de muchos espectadores. Terrible muestra del cine de estampita que tantas veces afloró en los duros años de la posguerra española.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de enero de 1994