En las proximidades de la zona del atentado confluyen importantes vías, como la carretera de Extremadura y la circunvalación M-30, por las que se Mueven diariamente unos 220.000 vehículos. De ahí que la Operación Jaula puesta en marcha tras la explosión extendiera los atascos como un reguero y colapsara el suroeste de Madrid. La policía cortó por dos veces la M-30 por motivos de seguridad, lo que originó colas de coches de hasta seis kilómetros en ambos sentidos.Más información en Madrid / 1
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de enero de 1994