La intensa lluvia se ha unido a las desgracias que padecen las víctimas del terremoto de Los Ángeles, recogidas en tiendas de campaña no impermeables. El agua, además, ha agravado los daños que padecen las estructuras más afectadas por el seísmo.La lluvia empezó a caer el lunes por la noche, a la semana justa del terremoto, y muy pronto llegaron a recogerse 25 litros por metro cuadrado en la zona más afectadas, donde miles de habitantes de Los Ángeles viven en tiendas proporcionadas por la Guardia Nacional en las que caben unas 20 personas, que ahora padecen nuevas incomodidades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de enero de 1994