Una repentina inyección de optimismo llegó ayer al frente de Sarajevo a tres días de que, a la una de la madrugada del lunes, venza el ultimátum de la OTAN. La ONU calificó anoche de "importante" el repliegue de los sitiadores serbios. "Se ha movido gran cantidad de armas, se ha registrado un particular éxodo", aseguró el general británico Michael Rose, jefe de los cascos azules en Bosnia. "Hablamos de convoyes, no de vehículos y equipamiento individual", afirmó por su parte el portavoz de la ONU en Sarajevo, Bill Aiknian.El detonante del cambio fue la propuesta de Rusia de garantizar los intereses serbios con 400 de sus cascos azules en la capital bosnia. Radovan Karadzic, líder político de los sitiadores, aceptó la oferta y llegó a declarar: "La guerra ha terminado en Sarajevo". Pese a todo, la Alianza Atlántica mantiene firme su amenaza de atacar si no se cumplen las condiciones del ultimátum.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de febrero de 1994