Dos bomberos de Stuttgart trabajan en el edificio que ardió en la madrugada de ayer y en el que perecieron siete personas y otras 17 resultaron heridas, en su mayoría paquistaníes. Casi todos los inquilinos del inmueble eran extranjeros. La policía investiga la posibilidad de un ataque racista, como los de Mölln (1992) y Solingen (1993), que costaron la vida a siete turcas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de marzo de 1994