Ante el reiterado ataque que el sector cinematográfico español está sufriendo desde variados medios, quiero hacer unas precisiones, en mi condición de técnico del sector.a) últimamente son muchos los que, al parecer desde su posición de gente experta, aseguran que las ayudas que el Estado da al sector cinematográfico son concedidas a dedo.
No obstante, nadie hasta la fecha ha podido dar datos, hechos o pruebas para apoyar tan sorprendente afirmación. (Esto es algo sobre lo que el señor Carrascal podría reflexionar. No me parece normal que un periodista afirme cosas sin que se puedan demostrar, pues eso es en definitiva caza de brujas y no periodismo).
b) Con respecto a las medidas que recientemente han sido aprobadas por el Gobierno para ayuda urgente al sector audiovisual, muchas voces indignadas se han alzado clamando por un supuesto atentado contra el mercado libre (países como Francia o Estados Unidos, que son defensores o inventores incluso del mercado libre, tienen medidas proteccionistas sobre sus productos mucho más radicales que España. Esto es algo que el señor Soler-Espiauva parece ignorar en su artículo publicado por EL PAÍS el sábado 26 de febrero (una hermosa oda a la película Aladino, a la par que feroz ataque al cine danés).
c) El sector audiovisual español es una industria. Si obreros de Seat, Santana o Altos Hornos de Vizcaya nos merecen respeto y solidaridad, no logro entender por qué razón los trabajadores de este sector no merecemos igual trato.
Entiendo que el consumo debe ser libre (de hecho lo sigue siendo), pero si acabamos todos desempleados va a ser muy dificil consumir nada, y nos va a sobrar mucho tiempo para componer marsellesas-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de marzo de 1994