.Con más miedo que vergüenza me lancé al escenario, dispuesta a dejarme hipnodzar por Bru. Mentalizada y siguiendo a pie juntillas sus órdenes, cierro los ojos y me concentro en sus palabras: "Cierren los ojos, aprieten la mandíbula, fuerte, muy fuerte''. El siguiente paso consiste en relajar el cuerpo totalmente, cerrar y abrir lentamente la mano derecha. Después, la izquierda. "Ahora pongan el cuerpo rígido y coloquen la mano derecha sobre la cabeza. Hagan lo mismo con la izquierda % dice Bru. Curio samente, no sentí ga nas de abrir los ojos y ver lo que hacía el ve cino de al lado. Raro en mí. La mente en blanco. El calor de los focos se deja sentir so bre la cara. Máxima concentración. Después Bru nos dice que notaremos un sueño profundo. Es cierto. La sensación de relax es total. Sólo se oye su voz que susurra máxima concentración, al tiempo que pone sus manos so bre la frente y te hace caer al suelo. Tal y como caes, así te quedas. La posición es incómoda, pero lamente está relajada y ni te mueves.Durante el proceso de hipnosis pierdes la noción del tiempo. Ahora sé que estuve más de una hora entregada a, las maniobras de Bru. Oigo su voz que, me dice que corrá, en bicicleta, más y más deprisa. Y lo hago. Lo mismo que montar a caballo. Y trotar. Y leer un libro. Hago lo que me manda. Pero, a veces, entre orden y orden, desconecto y mi mente piensa: "Pero, ¿qué haces aquí?". Vuelvo a. oír la voz de Ricard que me vuelve a aconsejar máxima concentración y me vuelve a tumbar en el suelo. . De lo que ocurrió después no me acuerdo, sólo sé que por un momento me sentí en el aire. Y lo estaba. Bru me paseaba en volandas por el escenario, me di cuenta y me agarré fuertemente a su brazo. No estaba hipnotizada. Con un ligero toque en la frente me ordenó que abriera los ojos y me dijo: "Te ha faltado poco para conseguirlo. No has podido concentrarte lo suficiente". A pesar de ello, doy fe de que monté en bicicleta, troté y leí un libro ¡de terror!
Unos se acuerdan, pero otros no. A unos les duele la cabeza, otros no padecen jaquecas. Los amigos dicen que son. tal y como son, pero otros hablan de no reconocer a sus compañeros y familiares. Antes de comenzar la grabación del programa Hip, hip, hipnosis, que emite Tele 5, las instrucciones a las 140-personas el público son claras: "Sólo caeran los que estén predispuestos a la .hipnosis". De los 50 voluntarios que se deciden a probar suerte en el plató, sólo serán 10 los elegidos.Todos confiesan salir predispuestos a no dejarse enredar, durante las cuatro largas horas que dura la hipnosis, por los poderes ocultos del profesor Ricardo Bru. "Yo pensaba que esto era un camelo, pero ahora me he dado cuenta de que es en serio. Yo soy una chica seria, que no hace el tipo de tonterías que he hecho en el programa" decía Carolina, de 19 años, estudiante auxiliar de clínica, una vez que ha visto la repetición de lasjugadas más divertidas.
A las 19.20 comienza el espectáculo. Bru aprieta los gemelos de su camisa, estira los brazos y con voz profunda empieza a dar órdenes. Ayudado por luces de colores y por el silencio sepulcral del público, Bru consigue que los voluntarios le sigan como corderitos. Unos, no pueden resistir la curiosidad. y rompen las reglas del juego: tres amigas abren los ojos, se ríen y no prestan aten ción al profesor. Bru las devuelve a sus asientos sin contemplaciones. El resto, poco a poco, van aterrizando en el suelo.
En media hora, este catalán tiene elegidas a sus, 10 víctimas chicas y seis varones, entre los 18 y los 24 años- A partir de ese momento, éstas sólo obedecerán a la voz de su amo, que pondrá en escena los disparatados sketchés planeados por José María Mainat, componente de La Trinca.
La risa está asegurada. Y no es para menos: Sonia, bajo el efecto de la hipnosis, se desnuda al más puro estilo Marilyn; Emilio se convierte en Drácula y busca víctimas para chuparles la sangre... El público más incrédulo comienza a admitir que hay algo de verdad en todo esto. "O ,son muy buenos actores o no es posible que puedan hacer esto.Debe ser verdad lo de la hipnosis... ", se oía decir entre el público. Las exclusivas tampoco falta-. ron en las entrevistas que Bibí Andersen, embutida en un vestido blanco de Azedine Alaia, hizo a. unos, desconocidos famosos. Así, por ejemplo, Ruth, una morena estudiante de idiomas, de 21 anos, ponía en boca de la cantante Marta Sánchez una ambición desconocida: ser ama de casa.Mala pataLos hay que tuvieron mala pata. Óscar Casado, un modelo publicitario de 21 años, llegó consciente y por su propio pie al programa. Y salió de los estudios atolondrado y escayolado, a causa de un esguince, tras celebrar con demasiado entusiasmo, tal y como le había ordenado Bru, un triunfo de la selección española. El público pasó de escuchar los gritos de alegría a los quejidos de dolor de Casado, al pesar de las instrucciones del hipnotizador: "No hay dolor, no hay dolor".. Pero sí lo había. El despertar, después de casi tres horas ausente, fue de lo más brusco. Resultado: un agudo dolor de cabeza y sensación de mareo, para el que Bru recetó una alta dosis de glucosa. Para otros, la vuelta a la normalidad fue de lo más natural. No eran conscientes de haber pasado SANTIBUR tantas horas bajo el embrujo de la hipnosis.Todos tuvieron que tomar glucosa, incluido el hipnotiza dor, por el desgaste psicológico y fisíco de la actuación. "Cuando acaba el programa", aseguraba Bru, "estoy hecho polvo".Los hipnotizados no sentían el paso del tiempo, pero el público sí. "Dientes, fuera, sonreír, sonreír mucho% gritaba la regidora del programa. "¿Otra vez, otra vez, no", protestaban los espectadores, deseosos de recibir su recompensa: bocata, refresco y mil pesetas por seis horas de aguante. Tras un breve descanso, a la una de la madrugada los hipnotizados, ya vueltos en sí, pudieron verse en los monitores del estudio. "No es posible, pero cómo he podido hacer eso"; "ése no soy yo, con lo tímido que soy", decían todos. Pebido a la discreta audiencia del programa -unos dos millones de espectadores de media-, Tele 5, que comenzó programan do Hip, Hip, Hipnosis los domingos, compitiendo con Lo que necesitas es amor, de Isabel Gemio, ha decidido pasarlo al sábado, desde el próximo día 211.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de mayo de 1994