Ocho chicos, la mayoría alumnos del propio centro, han sido identificados como los presuntos autores de los graves destrozos causados este fin de semana en el colegio público Gregorio Canella de Villalbillla (2.400 habitantes).Cristales, armarios y puertas destrozadas, mesas, libros y papeles esparcidos por el suelo, una fogata apagada en el interior de un aula, termómetros y una cafetera rotas, diversas pintadas e incluso los techos aislantes agujereados fue el desolador panorama que encontraron ayer los profesores.
El director, Guillermo Rivas, mostró su preocupación por estos actos vandálicos, que no tienen el robo como objetivo y que se han convertido en "algo permanente". Cansados de estas repeticiones, el claustro de profesores decidió suspender ayer las clases y denunciar a los autores ante la Guardia Civil.
Los presuntos autores han sido descubiertos gracias a la confesión de dos de ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de mayo de 1994