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El lienzo más famoso de Bacon no encuentra comprador

El cuadro de Francis Bacon, Estudio de un retrato del papa Inocencio X de Velázquez, no encontró comprador ayer, en la sala de subastas de la casa Cristhie's, en Londres. El precio estimado de la obra, una de las más bellas y más conocidas del pintor británico fallecido hace dos años en Madrid, era de dos millones de libras (400 millones de pesetas).Pero el siempre impredecible mercado de la pintura moderna mostró una vez más su rostro más insondable. Los cuadros que se vendieron a precios más altos, caso de un par de pinturas de Alexander Calder, Jean Dubuffet y Jean Fautrier, lo hicieron a precios notablemente inferiores a los de salida.

Hace apenas tres días, Cristhie's se enfrentó a la misma penuria de compradores al sacar a subasta 49 obras de los más famosos impresionistas y artistas modernos. Sólo la mitad de los lienzos fueron vendidos y, de entre ellos, el máximo precio, (unos 360 millones de pesetas) lo obtuvo un pequeño cuadro de Joan Miró, pintado en 1946.

Las oscilaciones del mercado, que algunos analistas consideran en claro descenso, permitieron, sin embargo, la noche del martes vender con éxito otro lote de cuadros impresionistas y modernos a la otra gran casa de subastas británica, Sotheby's. Un paisaje de sauces al atardecer de Claude Monet fue comprado por un anónimo coleccionista por cinco millones de libras (1.000 millones de pesetas). Precios muy alejados de los grandes récords obtenidos en otras ocasiones, pero envidiables en relación con la penuria de las últimas sesiones.

Pintado en 1959

El cuadro de Francis Bacon que permanecerá, de momento, en poder de su actual dueño, fue pintado en 1959, al término de una década en la que el pintor vivía obsesionado por la majestad de los retratos de antiguos Papas. El de Inocencio X, debido al magistral pincel de Velázquez, que se exhibe en la galería Doria Pamphili de Roma, le conmovió y le obsesionó desde el principio. "Es uno de los grandes cuadros del mundo", dijo Bacon de él. "Desde que lo ví, me he sentido atrapado y obsesionado por su perfección".Nada parecido ocurrió ayer con su versión del cuadro de Velázquez, contemplado por ojos indiferentes en la sala de subastas de Cristhie's, en Londres.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de julio de 1994