El fiscal especial encargado del caso Whitewater, Robert Fiske, informó ayer que su investigación demuestra que la muerte de Vincent Foster, el empleado de la Casa Blanca que fue encontrado sin vida hace un año, fue un suicidio, tal como había sostenido previamente la policía."Hemos llegado a la conclusión de que se trató de un suicidio", declaró Fiske a la cadena de televisión CNN el mismo día en que salió a la luz la primera parte de la investigación en la que ha trabajado desde primeros de año. Con la culminación de esta fase de la actuación del fiscal especial, Fiske deja también vía libre para que el Congreso inicie, si así lo desea, su propia investigación sobre Whitewater.
La muerte de Foster, un amigo cercano del matrimonio Clinton que llevaba los documentos sobre las pasadas inversiones del presidente y su esposa en un famoso proyecto inmobiliario de Arkansas, era uno de los aspectos más controvertidos del caso Whitewater. Los documentos relacionados con Clinton fueron sacados del despacho de Foster tras su muerte por personal de la Casa Blanca, lo que fue interpretado por algunos comentaristas de prensa como un indicio de que el abogado que colaboró con el presidente podría haber sido asesinado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de julio de 1994