España absorbió peor que otros mercados europeos la incertidumbre que hay en torno a los resultados de las diversas reuniones que celebran las autoridades monetarias internacionales esta semana: Reserva Federal, Bundesbank y Grupo de los Siete. Ningun inversor está dispuesto a arriesgarse a tomar posiciones con dicha agenda por delante. Una vez mas fueron las ventas en el mercado secundario de deuda y la consecuente subida de las rentabilidades de los activos públicos lo que arrastró a los mercados de renta variable.El índice general de la Bolsa de Madrid cayó 5,95 puntos y fijó un nuevo mínimo del año en el 295,11%, lejos ya del soporte del 300%. El sector que más acusó esta tendencia vendedora fue el de la construcción, que perdió un 2,43%.El resto de las bolsas europeas tuvieron una jornjada de altos y bajos que se saldaron con escasas perdidas. El índice FT 100 de Londres perdió un 0,18%, el DAX 30 de Francfórt, cayó un 1,06%. París subió, aunque tan sólo un 0, 18%. Nueva York, por el contrario, ganaba 18 puntos al poco tiempo de la apertura, animada por las declaraciones del presidente Bill Clinton, antes de partir para la cumbre del G-7 en Nápoles, a favor de una acción económica concertada entre Washington y sus aliados. Al cierre, el Dow Jones ganó 5,83 puntos. Mientras, el comité abierto de la Reserva Federal, banco central estadounidense, iniciaba su reunión con altas posibilidades de que suba los tipos de interés para contrarrestar las futuras presiones inflacionistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de julio de 1994