Las primeras valoraciones de los daños causados por el fuego en las provincias de Teruel y Castellón se han triplicado: ya son casi 18.000 las hectáreas afectadas. Y las llamas siguen avanzando sin control, cambiando de dirección con el viento. Un anciano y un bombero seguían ayer oficialmente desaparecidos. Sólo la zona sur de la sierra del Maestrazgo se ha salvado de las llamas.
Los servicios contra incendios fueron reforzados ayer, mientras los habitantes de los pueblos desalojados el lunes regresaban a sus casas. Muchas masías, viviendas y varios pajares son ahora cenizas. Los vecinos de Luco de Bordón, pequeña población turolense que linda con Castellón, regresaron a su pueblo a través de lo que antes era una carretera. El asfalto era carbonilla.
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Sólo habían permanecido en la localidad un puñado de habitantes que durante toda la noche, mangueras en ristre, consiguieron que sólo se quemara, un pajar.
Las autoridades trataban a la hora de cerrar esta edición de establecer una barrera en la Nacional 232, que une en dirección norte sur Teruel y Castellón. Hasta que se controle el siniestro es imposible valorar los daños totales. El Gobierno de Aragón lo califica ya como "la peor catástrofe ecológica y económica de Teruel".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de julio de 1994