Los países del Grupo de los Siete, sin duda, han cometido un pecado de orgullo. Es la explicación del desaire que les han infligido. los países en desarrollo al negarse rotundamente, el 2 de octubre, a ratificar la propuesta de compromiso hecha por el mundo occidental a propósito de un aumento de las reservas del FMI, en la que ellos serían la parte beneficiada. ( ... ) Los representantes de los países de América Latina, de Asia del Sur y del Este y de África se han batido sobre un principio: el rechazo a ratificar un proyecto a mínima que se les presentaba como una oferta de tomarlo o dejarlo. Los países llamados del Sur ( ... ) sabían positivamente que aceptar la proposición de americanos y británicos equivaldría a dar aún más dinero a los países ex comunistas, los cuales, según ellos, se benefician ya de un trato de favor. ( ... ) Esta diferencia Norte-Sur, pero también Sur-Este, hubiera podido mantenerse si los anglosajones, furiosos de ver su proyecto rechazado, no hubieran reprochado implícitamente al director general del FMI, Camdessus, haber montado una operación pintándoselo demasiado bien a los países en desarrollo.Limitada sólo al FMI, la polémica habría quedado soslayada. Pero en un contexto más general, que coincide con el enfrentamiento actual entre americanos y europeos por el liderazgo de otras instituciones internacionales, la acusación de "tercermundismo reviste un significado altamente político.
, 4 de octubre
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de octubre de 1994