La lufa, un fruto tropical utilizado comúnmente como esponja de baño, se está convirtiendo en un material con múltiples aplicaciones industriales. Tras un proyecto experimental, financiado por la Unión Europea, para cultivar esta planta en Europa ya han sido cosechadas las primeras hectáreas, que han demostrado la completa adaptabilidad de la lufa al clima mediterráneo. Así, pronto se utilizará este fruto -extremadamente ligero y con excelentes propiedades mecánicas- como envoltorio ecológico, material para paneles de aislamiento acústico y termal, como filtro de sistemas de aire acondicionado y motores, suelas de zapatos, material de relleno en sillas y sofás, material estructural o como sustituto de las bolas de poliestiereno para el transporte de objetos. De hecho, la propiedad de la lufa para absorber vibraciones y choques mecánicos es equivalente al poliestireno, según la empresa Vela 02 / 32 48 79, de Milán). A estas ventajas hay que añadir otras: la lufa es un material no tóxico y completamente biodegradable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de octubre de 1994