Mi más sincero pésame por la muerte de Juan Carlos.P. M., cuyo cadáver fue encontrado el pasado viernes en una vivienda en pleno centro de Madrid. Y es que al pobre chico le asesinaron a puñetazos.Me han comentado que salió el jueves por la noche a la presentación de la película Priscila y él, cómo alguno de sus amigos, decidió dar un toque de originalidad a la fiesta. Un grupo de chicos vestidos con sus coloridos disfraces cambiaron por una noche la visión de las céntricas calles de Madrid.
Para los que frecuentemente nos gusta tener al centro como lugar de disfrute de nuestro tiempo, no nos extraña cuando nos encontramos a chorizos abriendo coches, camellos peleándose y un sinfín de delincuentes y demás degeneración callejera, habituales de esta zona; parece que en el centro está todo permitido, que los residentes pagan menos impuestos y nosotros no necesitamos protección.
Sólo nos queda pedirle a Dios que esta noche no seamos los próximos apaleados. Señor, nos conformamos con que nos sigan atracando.
Gracias, Dios mío, porque esta noche podré ir nuevamente al centro.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de octubre de 1994