Roberto G. S., de 18 años, cayó fulminado en la tarde del pasado martes en el cauce del río Henares, en Alcalá (168.000 habitantes), cuando el hilo de su caña de pescar, de más de diez metros de larga, tocó con una línea del tendido eléctrico que atraviesa el río por el aire.El joven, no demasiado aficionado a la pesca -a diferencia de su padre, ganador de numerosas competiciones-, se empeñó el martes en tirar la caña con dos amigos en un pequeño remanso del río, muy cerca de su domicilio. El paraje es conocido como El Vivero.
Según relataron los amigos a la familia de Roberto, el sedal de su caña se enredó en el tendido eléctrico y el joven recibió una tremenda sacudida que le tiró al río. Sus amigos se lanzaron al agua para intentar sacar el cuerpo de Roberto, pero no lo lograron, ya que se hundió muy rápidamente. Avisada la Policía Local, los bomberos de Alcalá de Henares pudieron rescatar el cadáver del joven una hora después de ocurrido el accidente.
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Antonio Martínez, amigo íntimo del padre de Roberto, no se mostraba ayer sorprendido por el suceso. "Es la tercera vez que sucede en el río algo parecido", comentaba. Hace apenas ocho meses un amigo suyo pereció también electrocutado, en otro lugar, al enredarse el sedal de su caña en un cable del tendido eléctrico mientras pescaba.
La pasada semana, Antonio Martínez y el padre del fallecido participaron en uno de sus habituales concursos de pesca a escasos 600 metros de donde, ocurrió el accidente. Aquel día, el joven no quiso acompañar a su padre y su amigos a la competición de pesca.
Los dos jóvenes que acompañaban a Roberto -cuyo cadávér, tras efectuársele la autopsia, fue enterrado ayer en el cementerio Jardín de la ciudad complutense- prestaron declaración en la mañana de ayer en el juzgado que instruye el caso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de noviembre de 1994