Tengo el placer de informar al Patrimonio Nacional del Estado que Francisco Franco falleció el 20 de noviembre de 1975 y que, a partir de esa fecha, la mayoría de los españoles hemos procurado reconciliarnos políticamente. Viene esto a cuento porque en la fachada de la capilla sita en el entorno del palacio de La Granja aún se exhibe la lápida con el consabido "Caídos por Dios y por España". Los asesinados durante nuestra guerra civil y la posterior paz de Franco no lo fueron por Dios ni por España, sino por el salvajismo de los propios españoles. Sería un detalle de buen gusto que esa placa desapareciera o que en ella se incluyera a os republicanos asesinados por parecidos motivos-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de noviembre de 1994