Sarah Ferguson tiene poca suerte con sus vacaciones. Conocidas son sus aventuras, en playas y recepciones, pero en la nieve lo tiene aún peor. La persigue siempre su cuñado, el príncipe Carlos, a quien debe conocer ya como el príncipe desahuciador. Si el año pasado tuvo que irse del hotel donde disfrutaba de unos días de descanso en los Alpes porque el heredero de la corona británica quena esquiar solo con sus hijos sin la perturbadora presencia de la ex esposa de su hermano Andrés, este año vuelve a ocurrir más de lo mismo. La duquesa de York, que se encontraba de vacaciones en la estación invernal suiza de Klosters, tuvo que desalojar el apartamento que ocupaba en el Walserhof Hotel para dejárselo a su cuñado, informa la prensa británica.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 1995