Por seis votos a tres, el Tribunal Supremo de EE UU denegó el lunes el aplazamiento de la ejecución de un hombre de Texas, pese a que el fiscal había reconocido que el reo no mató a la víctima de un secuestro por el que fue condenado a muerte en 1987.Jesse Dawayne Jacobs, cuya ejecución está prevista para hoy, se confesó en un principio autor del asesinato. Luego se retractó y dijo que fue su hermana Bobbie Hogan quien mató a Etta Urdiales, secuestrada por ambos. Jacobs fue condenado a muerte.
Siete meses más tarde, el fiscal que le había acusado llevó a juicio a su hermana y reconoció ante el jurado que había cambiado de opinión y que ahora creía que había sido ella quien apretó el gatillo. Jacobs dijo entonces que estuvo en, el lugar donde se produjo el asesinato pero que no estaba presente en el momento del asesinato. La hermana fue condenada.
Todos los recursos de apelación de Jacobs han sido rechazados. El último, el 1 de septiembre, por el Tribunal de Apelaciones de Nueva Orleans. Este, tras reconocer la discrepancias entre los dos juicios, afirmó que no era "asunto suyo decir que el jurado que había condenado a Jacobs cometió un error".
Las dudas jurídicas surgen de una sentencia del Supremo de 1982, que prohíbela ejecución de personas que, aunque hayan participado en delitos con resultado de muerte, no participaron directamente en el asesinato ni pretendieron que hubiera víctimas. Sin embargo, últimamente el Supremo no acepta casos que contradigan las decisiones de los tribunales de apelación de los Estados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 1995