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Una afrenta desató el crimen de La Celsa

Por una mujer se desató el crimen de La Celsa (Vallecas). Ricardo Fernández Montoya, de 17 años, cayó en la pasada Nochevieja de un tiro en el corazón por pretender a la sobrina de su vecino de chabola, del clan Los Motitos, siempre según fuentes de la investigación. Ricardo, un vendedor ambulante de fruta, estaba casado y tenía una niña de dos años.La pretensión de Ricardo, un Montoya, chocó con la negativa de Los Motitos. El alcohol y la noche gitana envalentonaron los ánimos. El tío de la mujer deseada y negada saludó las campanadas de Año Nuevo con su revólver. Tres tiros al aire. Después, según los testigos y el relato policial, entró en la chabola de Ricardo. Le disparó al corazón. Llegó la muerte y la fuga. La policía aún no le ha detenido.

Cadáver y venganza

Ricardo Fernández Montoya, cuya mujer estaba embarazada de seis meses, ingresó cadáver en el hospital madrileño Doce de Octubre.

Los familiares de Ricardo han esparcido aires de venganza por todo el poblado chabolista de La Celsa. Apelan a la ley gitana.

"Tarde o temprano tendremos que vengarlo. Pasarán tres o cuatro años, pero esto no va a quedar así. Está claro", declaró al día siguiente del homicidio el tío de la víctima, Ricardo Montoya.

La mayoría de los integrantes del clan Los Motitos han huido del poblado chabolista. La policía, mientras, considera que el caso no esconde ninguna sombra. Espera detener en breve al fugado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de enero de 1995