El secretario de finanzas de la Unión General de Trabajadores (UGT), Sebastián Reyna, formalizó ayer ante el juez la renuncia del sindicato a cobrar 211 millones de pesetas de la cooperativa de viviendas PSV. La cantidad -el pico de la deuda de 1.211 millones que PSV tiene con el sindicato- permitirá a la cooperativa cubrir el desfase patrimonial de 129 millones que dictaminó la intervención judicial y obtener un superávit de 82 millones.
De acuerdo con el comunicado hecho público por la central sindical, su renuncia a esa parte del crédito tenía por objeto "asegurar la solvencia de la cooperativa, y que el activo de la suspensión sea superior al pasivo exigible".
Una vez cubierto el desfase, nada se opone a que el juez encargado de la suspensión de pagos de PSV, José Antonio Enrech, declare que la insolvencia de la cooperativa es "transitoria" y dé luz verde al convenio de acreedores.
En contraste, IGS, la gestora de la cooperativa, fue declarada en insolvencia definitiva con un agujero -desfase entre el activo y el pasivo- superior a los 14.000 millones de pesetas. Este desfase lo va a costear UGT -con unos 8.000 millones- y la propia PSV. Es decir, los cooperativistas, que van a aportar los más de 6.000 millones restantes mediante la derrama -un incremento del 7% sobre el precio inicial de cada piso- que se han comprometido a pagar como condición de la segregación de sus promociones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de enero de 1995