Cerrar los bares a horas tempranas. Ésa es la mejor solución que se les ocurre a los ayuntamientos para ahorrarse problemas. Con ello se creen que van a acabar con el alcoholismo juvenil, con el gamberrismo, con los ruidos, con los accidentes dé tráfico y con el resto de las circunstancias que rodean la vida nocturna de los jóvenes. Y no, no creo que con esa medida arbitraria vayan a solucionar nada.Al contrario, lo lógico es que se ponga en funcionamiento un mecanismo de respuesta en forma de tremenda oposición a estas medidas y a los órganos implicados. A nadie le gusta que en una sociedad en la que supuestamente predominan la libertad, la tolerancia y la democracia se establezcan medidas restrictivas que coarten la libre elección del individuo a disponer de su tiempo libre como le plazca. Algunas personas prefieren utilizar la noche como momento de esparcimiento y diversión, y no por ello han de ser tachados de delincuentes, bárbaros o irresponsables. En cuanto a los menores o más jóvenes, corresponde a los padres determinar sus horarios a través del diálogo y la tolerancia.
El caso es que, si se quiere tener una conducta irresponsable, cualquier hora del día puede ser propicia para ello. Lo mismo puede ocurrir a las dos de la madrugada que a las cinco de la tarde.
En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas y de drogas, pueden ser adquiridas a lo largo del día, si es que los bares están cerrados por la noche, y consumidas cuando al personal le venga en gana. De hecho, una forma habitual de consumir bebidas por los más jóvenes es comprándolas en supermercados o establecimientos similares para tomarlas en compañía de los amigos a la hora convenida y en el lugar elegido.
Por tanto, las medidas antes mencionadas carecen de sentido. Debemos buscar, sin embargo, otras vías para solucionar los problemas derivados del consumo irresponsable del alcohol. La educación y la correcta información del individuo en el hogar, centros educativos y mediante campañas organizadas por los organismos competentes debe ser la única forma de propiciar hábitos de conducta saludables, en los que las bebidas alcohólicas tendrán cabida en la medida justa y en el momento oportuno.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de marzo de 1995