Los "desastres" de Ruanda, Burundi, Bangladesh y Etiopía centran la atención del informe de este año de la Federación Internacional de la Cruz y la Media Luna Roja, que hoy se presenta en Londres con motivo de los 125 años de la Cruz Roja británica. Su principal conclusión es que los trabajadores de organizaciones humanitarias deben hacer frente a crisis cada vez "más destructivas y complejas". Y hace un llamamiento: "Ante la dura realidad de un mundo con más desastres, la Federación Internacional cree que es el momento de que se solicite de forma urgente un nuevo análisis de la forma en que operan las agencia humanitarias". El documento fija que hay al menos 17 millones de refugiados en todo el mundo 26 de desplazados y 100 millones de emigrantes por causas económicas.El informe califica el caso de Ruanda de "desastre total", con un millón de muertos. De Bangladesh destaca que siete millones de personas viven en lugares considerados de alto riesgo por los huracanes que se producen. De Etiopía dice que, a pesar de las décadas de ayuda y de las reformas económicas, millones de personas están nuevamente en riesgo por la falta de alimento. Y subraya otro aspecto a tener en cuenta: "El balance, después de años de sanciones contra Irak, Haití y Serbia-Montenegro parece ser de un mínimo dividendo político, pero de un alto precio humanitario". Y subraya: "El hambre de la población civil es inaceptable, con sanciones o sin sanciones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de mayo de 1995