En la actuación de los Rolling Stones en Gijón (22 de julio), Keith Richard seguramente sacará al escenario una de sus guitarras Fender Telecaster de cinco cuerdas que, a juzgar por su aspecto, parecen haber pasado anos recorriendo los peores tugurios del circuito del rock. Nada de eso: Richard compró esta primavera 10 ejemplares del mismo modelo con la exigencia de que le llegaran de fábrica con aspecto de usadas. Un empleado californiano de Fender se dedicó a lanzar los preciados instrumentos contra la pared, pisarlos con saña y raspar el barniz. A continuación, un técnico se aseguraba de que el tratamiento estético no había afectado a su sonoridad.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 12 de julio de 1995