Como todos los veranos en los pueblos de Madrid y, cómo no, en toda España se celebran fiestas de los santos patronos. Y... cosa muy curiosa, en casi todos ellos la celebración y las diversiones giran en torno a la tortura de algún animal. Corridas de toros, toros embolados, cabras, gallos y demas víctimas propicias para la matanza. No comprendo cómo estas matanzas se hacen precisamente en los pueblos, donde la mayoría de sus habitantes están en contacto directo con los animales. Con todo esto hago un llamamiento para que recapaciten.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de septiembre de 1995