El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, dio ayer otra vuelta de tuerca al jefe del Gobierno, Felipe González, para forzarle a convocar elecciones generales de inmediato. Los nacionalistas catalanes sorprendieron a los medios políticos y a la opinión pública al anunciar que pedirán la devolución al Gobierno del proyecto de Presupuestos del Estado para 1996. El socio de Pujol en Convergéncia i Unió, Josep Antoni Duran, equiparó tal decisión a una moción de censura. Desde Siria, González respondió a Pujol que no piensa cambiar su plan de convocar elecciones para marzo: "Reafirmo que mantendré la oferta del calendario".
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El Grupo Parlamentario Socialista apoyó el calendario del Gobierno "pase lo que pase", según su presidente, Joaquín Almunia. "La disyuntiva no va a ser elecciones o Presupuestos. Si no hay Presupuestos, se prorrogarán [los de 1995], pero las elecciones serán en marzo". Para los nacioalistas, si un Gobierno es incapaz de sacar los Presupuestos, debe convocar elecciones.Desde Asunción (Paraguay), José María Aznar reaccionó así: "A España le conviene que haya elecciones cuanto antes" y que el PP las gane. Como los socialistas, Aznar no descartó que Pujol rectifique, pero en su caso lo expresó como una opción negativa. "Ya tenemos experiencia en declaraciones, contradeclaraciones, recontradeclaraciones... ".
En línea con el PP, el presidente de la CEOE, José María Cuevas, señaló ayer tras hablar con el ministro de Economía: "Mientras haya clima político preelectoral, nadie está para valorar los Presupuestos".
El anuncio de CiU cayó como un jarro de agua fría en el Banco de España, que hoy debía decidir el precio del dinero.
Páginas 13 a 15
Editorial en la página 10
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de septiembre de 1995