Mick Jagger, que nunca ha ocultado su admiración por la forma de vida de la aristocracia inglesa, pronto dispondrá de su propio castillo. Voodoo lounge, la gira de los Rolling Stones, le ha proporcionado suficiente liquidez para plantearse la compra del castillo de Chilham, un edificio del siglo XVIII en los alrededores de Canterbury. ¿El precio? Tres millones y medio de libras. Pero ya le habrán informado colegas como George Harrison y Bill Wyman, veteranos propietarios de castillos, que eso no es más que el principio: las reformas, la decoración y el mantenimiento pueden dejar temblando su saneada cuenta.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de septiembre de 1995