"A ver si se organizan más combates de boxeo", decía en la salida un director italiano. "Esta Vuelta es muy triste. Y que vuelva a abril". Mientras, algún miembro de la organización se mostraba eufórico por el gesto de Jalabert la víspera y por las repercusiones mediáticas de su compasión en toda Europa. Sólo un equipo funciona. Sólo el ONCE tiene la motivación necesaria para ganar la carrera. A los demás les pesa septiembre en las piernas. La Vuelta no se mueve a pedaladas, sino a base de detalles. Ayer -etapa sin historia: fuga consentida, juegos de velódromo en las calles de Murcia y segunda victoria alemana consecutiva en la persona del veterano telekom Christian Henn- fue una excepción. No hubo nada anormal. La rutina imperó pese a que se rodó muy rápido -más de 45 por hora de media- y la carrera se transformó en adormidera con la ayuda del tórrido sol murciano-almeriense. Resuelta y asumida la cuestión deportiva, la Vuelta no encuentra un punto medio. Viaja entre la desmesura y la monotonía.Hubo, sin embargo, algunos detalles. Manolo Sáiz, director del ONCE, comentaba que el día anterior habían deseado que ganara un alemán antes incluso de que Jalabert ejerciera el humanitarismo; como por arte de encanto, un alemán ganó también ayer. Sólo dos equipos españoles han ganado etapas, el ONCE y el Castellblanch. El Gewiss, el TVM, el Polti, el Telekom y el Mapei se reparten las demás. Sólo un español, Olano, ha roto el monopolio.
MÁS INFORMACIÓN
Mientras, los potenciales rivales de Jalabert, lo fían todo para el día siguiente. Virenque habla de lo que le gusta la etapa de Barcelona -mañana- en el duro y enrevesado circuito deMontjüic-, en la que ha fijado todas sus preferencias. Olano tiene en su cabeza la etapa de Luz Ardiden -el martes, con la subida previa al Tourmalet- Dice que será su día del todo o nada. Pantani va más lejos, a la Vuelta ha venido simplemente para prepararse de cara al Mundial, una elección, dicen en su equipo, que ha supuesto todo un sacrificio para el Carrera. "Hemos tenido que traer un equipo de chavales", dice su director. Los demás no existen -Ugrumov- o se han tenido que ir -Riis- o ni siquiera han podido participar -Escartín- Y es que septiembre es el noveno mes del calendario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de septiembre de 1995