Uno de los lugares más castigados de Mostar, donde croatas y musulmanes se enfrentaron a muerte, es desde ayer plaza de España, gracias al ofrecimiento hecho por los alcaldes de las dos comunidades al rey Juan Carlos como homenaje a los cascos azules españoles allí desplegados. En la imagen, José Ramón Teixeira, autor de uno de los elementos que componen el monumento, da los últimos retoques antes de la ofrenda floral que se celebró ayer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de octubre de 1995