Ante la convocatoria de elecciones generales para el 3 de marzo, tengo que decir que, como vitoriano, será, una vez más, un día muy triste. Se cumplirán 20 años, dentro de una huelga continuada, de la intervención, con disparos de bala, de las llamadas Fuerzas de Orden Público, los grises, que produjo la muerte (no diré asesinato, sería pasarme) de cinco obreros y docenas de heridos.A la sazón, el ministro de Gobernación (todavía no se llamaba de Interior) era el señor Fraga, quien, días antes, había pronunciado una frase decididamente chulesca: "La calle es mía". Siguiendo con el señor Fraga, debo recordar, paralelamente, una frase que pronunció, también célebre: "Para legalizar la ikurriña tendrán que pasar por encima de mi cadáver". Y ahí está, legalizada, ondeando en los edificios oficiales, entre otras banderas, y, afortunadamente, no ha habido que pasar por encima de su cadáver. Finalmente, bendigo con entusiasmo, la fecha elegida por el Gobierno. ¡Qué acierto!-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 1996