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Una madre pierde a su hijo de 13 años en Barcelona en los primeros años de la posguerra española. Cuando ha cumplido ya los 90 años, sus dos hijas acuden a Quién sabe dónde. Paralelamente, aparece en Lleida un hombre de 65 años que desconoce sus orígenes. Ha visto el programa y piensa que él puede ser el hijo que están buscando. Los primeros indicios establecen una relación entre ambos casos. Para verificar esta hipótesis, Quién sabe dónde ha optado por realizar a los protagonistas el análisis de ADN. Será la prueba científica que establecerá la posible vinculación familiar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 1996