Un millar de niños de Tanzania menores de un año reciben a partir de hoy la vacuna sintética contra la malaria desarrollada por el bioquímico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, en un proyecto experimental financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional.Los 350 millones de pesetas que va a, costar esta campaña serán sufragados también con ayudas de la Generalitat de Cataluña y el Instituto Tropical de Suiza. Si los resultados muestran una eficacia superior al 25%, está previsto que esta vacuna sea incluida en el calendario de vacunación sistemática de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la que Patarroyo ha cedido todos sus derechos sobre el hallazgo científico.
El proyecto internacional está dirigido por el médico español Pedro Alonso, con la colaboración de su esposa, Clara Menéndez, ambos epidemiólogos del hospital Clínico de Barcelona. Entre julio de 1992 y julio de 1994 se realizó un primer trabajo de campo en Tanzania que supuso la vacunación de 600 niños menores de seis años y obtuvo un 33% de eficacia. El segundo trabajo de campo se inicia hoy con la aplicación de la primera de las tres dosis previstas de vacuna para los bebés tanzanos.
Pedro Alonso aseguró que "se está venciendo la enorme reticencia" que ha existido sobre la vacuna de Patarroyo, especialmente entre la comunidad científica anglosajona, y confió en que en el segundo trabajo de campo se obtengan unos resultados que despejen cualquier duda sobre la eficacia de esta terapia.
Por su parte, Clara Menéndez afirmó sin dudarlo que, si la malaria fuera una enfermedad que afectara como el sida a los países más desarrollados, la investigación para combatirla habría obtenido "mucha más financiación".
La malaria mata al año a tres millones de niños, causa 400 millones de enfermos y están expuestos a ella unos 2.000 millones de personas que viven en zonas endémicas de 103 países.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 1996