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Una "fiebre moderada" obliga a Juan Pablo II a guardar cama

El papa Juan Pablo II hubo de suspender ayer la audiencia general que celebra cada miércoles, y ni siquiera pudo decir su misa privada de cada día. Una "imprevista indisposición febril", según expresión de Joaquín Navarro Valls, le obligó a guardar cama. El mismo jefe de la oficina de prensa vaticana aclaró que "el cuadro febril es de modesta entidad" y que la salud del Pontífice "no suscita preocupacionesLa noticia de una nueva recaída de Karol Wojtyla no dejó, sin embargo, de suscitar ayer especulaciones. A sus muchos males de los últimos años, el Papa sumó en los últimos días de diciembre un episodio de ahogo que dio la vuelta al mundo al ser recogido por la televisión, que retransmitía en directo el rezo del Angelus. El ahogo fue atribuido a una gripe.

La gripe, muy extendida por Roma en estas fechas, también es la causa más verosímil del la fiebre de ayer. En medios de la curia romana se comentó incluso que el Pontífice cogió frío el domingo durante la bendición de la primera iglesia dedicada en la capital italiana al beato José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

Navarro Valls evitó, sin embargo, arriesgar un diagnóstico, que, dijo, correspondía a los médicos. El portavoz aclaró que el Papa no había sido sometido a más análisis que los de rutina.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de marzo de 1996