Niños de entre ocho y 15 años son explotados física y sexualmente en Brasil mediante una serie de prácticas que van desde la oferta de menores en menús sexuales en ciertos bares -especialmente en zonas de minas- a la esclavitud y subasta de vírgenes, según un informe de la ONG Centro de Referencias, Estudios y Acciones sobre Niños y Adolescentes del Distrito Federal (CECRIA), basado en datos de otras ONG y en una comisión parlamentario sobre prostitución de menores.En Beléin, capital del Estado de Pará (noreste del país) se ha confirmado que los menores son explotados por turismo sexual, prostitución en minas, esclavitud, subastas de vírgenes, abusos por policías y cárcel privada. A lo ancho de Brasil, se produce también la venta de menores, el incesto, el abuso doméstico, la prostitución callejera y el comercio de pornografía en vídeo. El informe indica que los explotadores de los, niños se quedan normalmente con el dinero.
La capital, Brasilia, no se libra de esas lacras: según cifras oficiales, en 1995 se registraron allí 138 casos de violación, 112 de atentados sexuales violentos y 40 de acoso sexual, todos contra menores y adolescentes. Según CECRIA, el turismo sexual se ha afincado en Recife, Fortaleza, Salvador y Río como consecuencia de las rígidas leyes adoptadas contra la prostitución por los países del sureste asiático.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de abril de 1996