La inversión ha optado por abrir un paréntesis en tanto los nuevos ministros encajan en el cargo y superan el ambiente de improvisación de sus primeras intervenciones, algo que en la práctica supone jugársela frente a la volatilidad de Wall Street. La Bolsa norteamericana y el dólar apostaron fuerte tras conocer un dato de producción industrial que confirma la ausencia de tensiones inflacionistas y sirve de freno al último dato de crecimiento del PIB. El Dow Jones ganó hasta 57 puntos en la apertura y puso las cosas fáciles a las bolsas europeas, aunque poco después limitaba sus ganancias y al final cerró a 5.518,14 puntos, es decir, con un beneficio de 43.El negocio superó los 56.000 millones de pesetas efectivas, pero más de 21.000 millones se generaron en una aplicación sobre acciones del Banco Bilbao Vizcaya y en otra, mucho más pequeña, del Santander. Los mercados de deuda tuvieron un comportamiento alcista, más marcado a última hora, que apenas influyó en la bolsa, totalmente centrada en las evoluciones de Wall Street. El índice de Madrid subió un 0,94% y el Ibex 35 el 1,07%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de mayo de 1996