La falta de fuerza de los toros quitó sabor al mano a mano de la primera corrida de la Feria de Córdoba, celebrada ayer. Sólo destacó la templada faena que le hizo Finito de Córdoba al tercero, del Marqués de Domecq.Con dos tercios de entrada se lidiaron reses de tres ganaderías, sin fuerza y nobles: primero y segundo, de Juan Pedro Domecq; tercero y cuarto, del Marqués de Domecq, y quinto y sexto, de Juan José González.
Finito tuvo pitos, oreja y silencio; Rivera Ordóñez, ovación, silencio y silencio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de mayo de 1996