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TRIBUNA

Se ha hecho la luz

Corta, intensa y, teniendo en cuenta todos los problemas, positiva, pero... La verdad es que teníamos depositadas muchas esperanzas si la etapa se hubiera corrido entera. Pero no vale la pena darle más vueltas al asunto. Lo hecho, hecho está. Más vale sacar lo positivo de lo que ha pasado: se ha hecho la luz, se ha visto que Miguel ha recuperado bien de la pájara. Por si faltaba poco, ya anuncian que llega el sol. Parece que llega un frente de buen tiempo y va a hacer mejor; ya era hora, porque llevamos una época...El día ha sido igual de largo que si se hubiera disputado la etapa entera. Desde el desayuno ya estaba metido en la carrera. Después nos dicen que se va a neutralizar el Iseran. Nos metemos en el coche y hacemos 50 kilómetros pensando que ya vamos a salir. Llegamos a la nueva salida, nos vestimos, nos colocamos en la línea más tensos que la leche y de repente nos dicen que no, que tampoco se sube el Galibier. Viendo desde el coche la nevada y la ventisca que soplaba en la cima del Iseran y el viento que daba en el valle, pensaba por un lado_ "de la que me libro pero por otro me decía que en el fondo era una oportunidad menos que teníamos para dar la vuelta a la carrera. Todo, porque sabía que Miguel estaba recuperado.

En la salida buena ya estábamos todos muy tensos. Algunos empezaron a decir que lo mejor era parar, andar a marcha lenta. Pero nosotros, estando preocupados por la general, no podíamos descuidamos. Además, sabíamos que aunque fuera una etapa de 46 kilómetros no dejaba de ser una etapa del Tour y que mucha gente la quería ganar. Así que intentamos superar los nervios, y aquello fue el sálvese quien pueda. Y ya subiendo el Montgenevre empezaron los ataques.

Cuando se fue el Riis se vio que los del grupo de grandes no podían reducir su ventaja, que sólo cuando saltó Miguel se le empezó a coger. Muchos van ya muy justos.

Mi recuerdo de Sestriere será siempre de frío y pinchazos. Hace dos años, en el Giro, llegamos nevando y pinché bajando el Montgenevre. Ayer también pinché, y por eso me quedé en un segundo grupo. Me pasó justo en el momento en que Zülle rompió la rueda. Así que ya hice el resto de etapa con los de la ONCE. Para ellos tiene que ser muy duro ir en el segundo grupo porque tenían puestas muchas esperanzas en este Tour.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de julio de 1996