El Ayuntamiento de Valladolid aprobó ayer, gracias a la mayoría absoluta que ostenta el Partido Popular y con el voto en contra de socialistas e Izquierda Unida, la privatización del servicio municipal de aguas. El acuerdo se tomó en un pleno en el que los conservadores dieron marcha atrás a una subida salarial que se había aprobado para los concejales con dedicación exclusiva y ocupaciones especiales en la corporación.Dos horas después de iniciarse el pleno, el alcalde popular, Javier León de la Riva, suspendió la sesión y ordenó el desalojo del público por parte de la policía municipal, que tuvo que transportar en brazos a algunas de las personas que ocupaban las gradas. Entre gritos y abucheos lanzaron monedas al concejal responsable del departamento de Participación Ciudadana, Antoni San José, al que acusaron de "vendido y traidor" por permitir la privatización del abastecimiento de aguas.
Con anterioridad, y a través de las ventanas del plenario, los concejales populares escucharon las protestas de más de 500 personas convocadas por colectivos vecinales, sociales y por el comité de empresa del Ayuntamiento quienes criticaban la privatización de un servicio que el año pasado obtuvo unos beneficios superiores a los 330 millones de pesetas.
La privatización del agua "hará perder al municipio en los próximos 20 años más de 10.000 millones de pesetas", según Ángel Velasco, portavoz del PSOE, ya que el consistorio "regalará" a la empresa, concesionaria "desde las tasas de saneamiento, hasta las tarifas del servicio".
IU presentó una enmienda en a que se solicitaba que la privatización se supedite a que con los fondos obtenidos por las tasas de saneamiento se financie "la construcción de colectores y la depuradora de la ciudad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de agosto de 1996