El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió ayer la extradición del dirigente serbobosnio Radovan Karadzic y del que fue su jefe militar, general Ratko MIadic, acusados de crímenes contra la humanidad por el Tribunal Penal Internacional de La Haya, pero evitó ordenar su captura. A ambos se les considera responsables de la guerra en Bosnia-Herzegovina y de las matanzas de Srebrenica, en julio de 1995.El Consejo amenaza a las autoridades serbias con la reanudación de las sanciones en el caso de que éstas no cooperen. En su declaración, el máximo órgano de la ONU se declaró "preparado para tomar medidas coercitivas de orden económico" para asegurar el cumplimiento de su orden que, según la ONU, está de acuerdo con el compromiso de Dayton.
El Consejo de Seguridad exige a las partes la máxima cooperación para hacer cumplir los mandatos de detención de las personas inculpadas por La Haya.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de agosto de 1996