George Cables cumple su sexta visita a la capital para revalidar el reconocimiento que le señala como uno de los pianistas más completos y solicitados de la escena neoyorquina. Esta ineludible cita anual, siempre una experiencia gozosa, le convierte en hijo predilecto de la afición madrileña y le otorga rango de valiosa referencia para calibrar el estado del pianismo actual de élite. Hace años que Cables ha dejado de utilizar como reclamo comercial su impresionante historial, repleto de brillantísimos capítulos junto a figuras del calibre de Art Pepper, Dexter Gordon y Joe Henderson, entre muchas otras.Su flexible concepto musical parte del bebop, pero abraza recursos repartidos a lo largo de toda la historia del piano de jazz, como se puede comprobar en las sesiones que protagoniza en su local favorito con el apoyo del formidable contrabajista navarro Javier Colina. Quien prefiera escucharle en la modalidad de solo absoluto, en la que también es un maestro, tiene una magnífica oportunidad entre los días 26 y 29.
George Cables y Javier Colina, hasta el 2 de septiembre, en el Café Central (plaza del Ángel, 10). A las 22.00 horas. Suplemento por actuación: 1.000 pesetas (lunes) y 1.200 (resto de la semana). George Cables en solitaria, los días 26, 27, 28 y 29.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de agosto de 1996