En estos tiempos duros para la sanidad pública, los sanitarios y, sobre todo, para los enfermos, quiero expresar mi felicitación y máximo agradecimiento a los profesionales de enfermería y del cuerpo auxiliar del departamento de Urología del hospital Gregorio Marañón de Madrid. La reciente operación de mi padre, me ha obligado a estar durante más de dos meses en contacto con el trabajo diario de enfermeras y personal auxiliar. Su dedicación y profesionalidad están por encima de cualquier duda, pero quisiera elogiar y reconocer la gran labor de apoyo moral y psicológico que hacen con los enfermos. Gracias por ese trabajo duro, que está más allá de su sueldo- .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de agosto de 1996