Los ediles de Valdeolmos-Alalpardo (1.523 habitantes), dos pueblos representados por un único Ayuntamiento, no están de acuerdo en el significado del término peque. Su programa de fiestas anunciaba para ayer tarde un "divertimento taurino para los más peques". "Es una suelta de chotas para menores de 10 años", aclaraba su concejal de festejos, Benito de la Mata, hace una semana. A la hora prevista para que comenzase el festejo llegaron dos equipos de televisión y la Guardia Civil advirtió por megafonía que los menores de 16 años no podían participar porque lo prohibía el nuevo reglamento taurino de la Comunidad. "Peques quiere decir de 17 o 18 años", manifestó el alcalde, Ignacio Merino, a este periódico, reprimiendo una sonrisa.Media hora antes del divertimento una chica preguntaba a De la Mata en un bar "¿Hay vaquillas para niños?", a lo que el edil contestó medio en broma, medio en serio: "Sí, pero calla, a ver si te van a oír los de la tele".A la hora que indicaba el programa, varios niños esperaban en la arena y el callejón del coso a que soltasen una chota, mientras el edil de festejos y el alcalde conversaban con la Guardia Civil. Aparecieron dos unidades móviles de televisión y a los pocos segundos se escuchó la advertencia por megafonía de que los menores de 16 años no podían participar, a la que siguió un abucheo generalizado. "Siempre hemos tenido claro que el encierro era para mayores de 16 años", declaró Merino.Sus convecinos no lo tenian tan claro. "Así, ¿cómo se va a crear afición?". "Las chotas son demasiado pequeñas para la mocería". "La culpa la tiene la tele; los manda la Comunidad para multamos después". Eran algunos de los comentarios que se escuchaban en las gradas. En una esquina dos parroquianos obstaculizaban el trabajo de los reporteros gráficos desplegando un paraguas blanco delante de sus objetivos e insultandolos.Un peñista pidió a sus compañeros que en vez de correr la chota se sentasen en medio del ruedo, para protestar contra el reglamento, pero su iniciativa no cuajó. Los adolescentes prefirieron hacer quites a la vaquilla, pequeña pero ya con cuernos.Algunas madres requirieron a sus hijos o los de sus conocidos para que no saltasen a la arena: "Hay que cumplir las normas". Un chaval rubio contestó a su progenitora: "Pero, mamá, si hay muchos que no tienen los 16". "Sí, hijo, pero eso es problema de sus padres", zanjó la señora. Muchos de los participantes aparentaban menos edad de la permitida, pero nadie lo comprobó. "La normativa se ha cumplido", concluyó el alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de agosto de 1996