En su periódico del día 15 del actual, un prelado anónimo del Vaticano opina sobre la situación de la Iglesia. A esta forma de proceder cabe puntualizar lo siguiente:1. Este prelado no es digno de estar en la Curia, dado su grado de irresponsabilidad.
2. Revelar que el santo padre, Juan Pablo II, "tiene un tumor y está bajo tratamiento intenso y delicado", de forma anónima, como mínimo apunta a una gran imprudencia.
3. Decir que una minoría se pregunta ¿para qué sirven estos viajes?, ¿cuál es el mensaje? Le hace incompetente, si no supo dar una explicación clara a sus interlocutores sobre asuntos tan importantes y de los que él no es ajeno. ¿Qué le agradaría a ese prelado que hiciese el Papa?.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de octubre de 1996