El consejero de Interior del Gobierno vasco, el peneuvista Juan María Atutxa, declaró ayer en los pasillos del Parlamento de Vitoria que tarde o temprano habrá que acabar negociando con los "chantajistas de ETA", pero dejó claro que sólo debería hacerse cuando el objetivo sea el final de la violencia. "No estoy dispuesto a ello", subrayó Atutxa, "salvo que sea para la solución definitiva y se vislumbre la voluntad de los terroristas de ir a una solución definitiva". En su opinión, ahora hay "una pizca de expectativa".
Para Atutxa, el Gobierno central "mira para otro lado" cuando se le pone sobre la mesa el acuerdo del Parlamento vasco sobre el acercamiento de los presos de ETA. "Por unas u otras causas, presiones o lo que fuere, no se está respondiendo a la reivindicación del Parlamento de Vitoria", dijo en la propia Cámara.Atutxa cree que lo único que ha cambiado tras los nueve meses de secuestro de José Antonio Ortega Lara es la actitud de HB. Según dijo, la adhesión del brazo político de ETA al acuerdo parlamentario sobre el acercamiento de los presos abre alguna esperanza, ya que supone una rebaja de sus exigencias previas. "No ha cambiado nada, salvo una pizca de expectativa por el cambio de actitud de HB", matizó.
El consejero interpreta que HB ha entrado en una vía más posibilista. Si hasta hace 15 días las demandas del entorno político de ETA se centraban en el reagrupamiento de los presos, y sus portavoces identificaban el acercamiento con la dispersión, el acuerdo del Parlamento vasco al que se sumó Herri Batasuna ha cambiado la terminología.
Menos optimista, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, advertía en la cadena Cope que es "un disparate" aproximarse al diálogo con ETA, "porque sería aceptar una imposición y un chantaje". Según el ministro, "ETA no ha desaparecido y todavía nos va a provocar mucho dolor". Mayor, que se niega, a vincular el secuestro de Ortega Lara al posible acercamiento de los presos de ETA a Euskadi, fue rotundo: "Tenemos que tener las cosas muy claras y no asumir responsabilidades que no nos corresponden. Ni Ardanza, ni Arzalluz, ni el Gobierno del PP, ni el PSOE. únicamente habrá que mirar a ETA para buscar responsabilidades a efectos de lo que suceda con Ortega Lara".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de octubre de 1996