El sábado 28 publicaron en El País Madrid un artículo sobre el rancho de Santillana, firmado por don Andrés Campos, en el que, entre otras cosas, se dice:"Es una pena que nuestros vecinos segovianos no presten la misma atención al rancho de Santillana que a su céntrico Acueducto. ( ... ) Y a poco que leyeran, sabrían, porque está escrito en los libros de historia...".
Borges escribió: "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullece las que he leído".
Supongo que el señor Campos lo suscribiría; lo segundo parece evidente que sí, ya que nos recomienda, a "sus vecinos segovianos", que sigamos su ejemplo; lo primero, no estoy seguro de ello, pero yo, en su lugar, sí que lo haría.
Sin menospreciar, y mucho menos ignorar, señor Campos, no sólo al rancho, sino al cordel de Santillana, me deja perplejo al compararlo con el Acueducto. (Por cierto, al Acueducto se le han aplicado miles de adjetivos, pero puede que sea la primera vez que es calificado con un escueto "céntrico").
También me sorprende que nos achaque (a "sus vecinos segovianos") el mal estado de las ruinas que, "por no dar votos", hay en la sierra de Guadarrama.
Supongo que también "sus vecinos segovianos" tendremos la culpa del ruinoso estado en que quedan todos los veranos parajes como la Boca del Asno.
¡Gracias a Dios, "nuestros vecinos madrileños" velan por nuestro patrimonio (que no es nuestro, es de todos)!-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de octubre de 1996