Los flujos migratorios desde el norte y el este de África hacia Europa han disminuido, pero los problemas de desequilibrio demográfico -notable incremento poblacional en el Sur y progresivo envejecimiento en el Norte-, las presiones migratorias crecientes y las diferencias en el desarrollo económico y bienestar social, condicionarán, en gran medida, el futuro y la relación entre ambos continentes si no se hallan nuevas soluciones de cooperación económica. Esta es una de las afirmaciones sostenidas por los demógrafos, economistas, parlamentarios y funcionarios que durante tres días han debatido en la Universidad de Baleares, bajo los auspicios del Consejo de Europa, los problemas de la población, las migraciones y el desarrollo en el Mediterráneo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de octubre de 1996