Ayer, día de San Crispín, José Julio Perlado presentó su novela Lágrimas negras (Ediciones B), una "fantasía con los pies en la tierra" (según uno de sus presentadores, el periodista Juan Carlos Laviana), "una suma de libros esbozados" (según otro, el también periodista Pedro Páramo), "una fábula que nace de la vergüenza de una época" (según el tercer presentador, el novelista Justo Navarro); una época, coincidieron todos, que fueron los años de Franco (hoy es el vigésimoprimer aniversario de su muerte). Una época" la de Franco, que asfixia una novela, que tiene 104 personajes imaginarios y uno real, el Generalísimo, en torno a los cuales uno y 104, se articula esta novela de Perlado; en la que las lágrimas negras son de cristal, como ésas que, según Laviana, "no se consiguen expulsar de las pupilas y por eso dañan los ojos".Una época
Perlado no ha querido hacer "una novela sobre Franco, sino sobre una época", una época vista con distanciamiento irónico, algo de humorismo y bastante de esperpento. Para Justo Navarro, es una fábula que nace de la vergüenza de una época, "los años de Franco, llenos de súbditos y de conspiradores, de fantasmas que sueñan que son fantasmas", con multitud de historias, desde ese lector particular de Franco, que descubre que Franco tiene docenas de dobles, de esos que inauguraban a la vez pantanos y silos, a ese exiliado que desde la raya de los Pirineos atisba, con unos prismáticos imposibles, los rincones más sombríos del Palacio del Pardo, "máscaras", en fin, resumió Justo Navarro, "que padecen la enfermedad del olvido y que no cuentan lo vivido sino la fábula de lo vivido".
En esta "suma de libros esbozados", resumió Pedro Páramo, "lo único real es Franco". Un Franco que aparece en "una novela", puntualizó por último, su autor, "que no es política, sino que describe una España paralizada". Con mucho humor, eso sí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de noviembre de 1996