Aeropuerto de Barajas. Sábado 9 de noviembre, a las 21.15. Un grupo de médicos argentinos que han participado en un congreso de traumatología en Barcelona y después han recorrido Cataluña, Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid esperan embarcar en un avión de Iberia y comentan elogiosamente la amabilidad y buena educación que han apreciado durante toda su visita.Acuden a la cafetería (salidas internacionales), donde una empleada rubia, al percibir el acento de sus clientes, apunta hacia el techo su nariz respingada y demuestra claramente con gestos, cuchicheos y miradas su aversión hacia los visitantes, a quienes arroja cada taza de café con el provocador estilo de la . s películas del Lejano Oeste.
Sorpresa, indignación y protesta de los afectados. Uno de ellos solicita "por favor, un sandwich", señalando claramente con su dedo índice, pero ello no impide que la camarera le espete con intención insultante: "¡Estamos en España, y esto, aquí se llama bocadillo!".
Los médicos le señalan que esa insolencia es intolerable, sobre todo en un aeropuerto internacional, a lo cual ella responde: "Lo que sucede es que vosotros no sabéis hablar".
Uno de ellos, el doctor Ricardo Dova, considera llegado el límite, y sin dudar de que se trata de una conducta xenófoba, solicita el libro de reclamaciones. Rellena una hoja (luego advierte que no está numerada) y la entrega a otro empleado de la cafetería, que se niega a dar el nombre de la agresiva camarera rubia.
¿Qué curso ha seguido la reclamación firmada por el doctor Ricardo Dova?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de noviembre de 1996